Daniel Montero
Sobre materia, átomos y partículas elementales
I
Pensar en la relación entre el todo y las partes ha sido una constante en el pensamiento occidental. De eso ya se ha hablado demasiado. La pregunta de cómo es que una masa informe puede adquirir consistencia e identidad singular ha sido obsesiva y se ha desarrollado históricamente para pensar no solo en la condición del ser, sino en la fundamentación de la realidad. Lo interesante, en el fondo, tiene que ver con la manera en que lo uno adquiere identidad al respecto de lo otro y cómo es que se articulan esas unidades, si es que existen de forma independiente. Ahora bien, ese asunto puede ser transpolado al problema de la imagen y de su comportamiento en la contemporaneidad. No es casual que esas reflexiones sean actuales y que para muchos sea necesario pensar en el estatuto actual del flujo de las imágenes y en la configuración de subjetividad que viene emparejado con su percepción, es decir, cómo es que singularizan los sujetos a partir del flujo de imágenes. Definitivamente esa sigue siendo una pregunta fundamental al respecto de la imagen contemporánea en su producción, circulación y consumo.
II
Una pregunta que pertenece al sentido común es cómo funcionan las imágenes contemporáneas y en qué medios. Ese asunto también tiene que ver con el de las narraciones y las configuraciones de los sentidos. Las narraciones desprenden sus propias imágenes como si necesitaran ser cubiertas y protegidas por un medio o unos intermedios. Pero al mismo tiempo las imágenes-medio invocan y convocan sus propias narraciones y las cubren. Es una forma en la que el interior cubre al exterior y el exterior el interior. En ese sentido, siempre son superficiales.
Las narraciones tienen siempre un sentido que depende de la manera en que se acomodan las singularidades. La clave está entonces en esos inter-medios en los que es posible que la narración ocurra. La configuración de la narración depende de la continuidad y discontinuidad de las superficies.
III
Es en ese sentido que las imágenes son superficiales. Hasta donde sé, la profundidad de una imagen siempre es hacia afuera, es decir, es a lo que nos remite: a otra imagen o a una narración. La interpretación de la imagen es un sentido que conecta con otros de formas diacrónicas y sincrónicas desde diferentes superficies. Puede ser arriesgado esbozar una teoría preliminar de la imagen desde los medios superficiales pero no es imposible. La comprensión de la imagen contemporánea podría estar en la manera en que se expresa su principio de individuación.